jueves, 5 de noviembre de 2009

"Tombuctú", Paul Auster


"Míster Bones es un perro de raza indefinida, pero de una inteligencia muy precisa. No habla inglés –quizá porque se lo impide la forma de sus fauces–, pero tantos años escuchando el incesante torrente verbal de su amo han hecho que lo comprenda a la perfección, y que pueda pensar e interpretar el mundo con una sensibilidad muy canina y una sintaxis muy humana. Porque Míster Bones tiene siete años y ha vivido desde que era un cachorro con William Gurevitch, más conocido como Willy Christmas desde que Santa Claus le habló desde el televisor, provocando en él una auténtica experiencia mística. Willy es un vagabundo, un poeta errante, un excéntrico superviviente de las revoluciones de los sesenta. En un principio, se asoció con Míster Bones en busca de protección, porque la vida en las calles es muy dura, una alianza que se convirtió en un mutuo descubrimiento, un amor sin condiciones. Juntos recorrieron América, sobrevivieron a duros inviernos en Brooklyn y ahora están en Baltimore, viviendo la que quizá sea su última aventura en común... "

Como últimamente habréis observado los lectores del blog, llevo tiempo sin tener una lectura altamente satisfactoria (Desde Brooklyn Follies, diría yo). Por lo que, mientras termino la interminable "Mano de Fátima", he decidido darme un respiro y hacer una apuesta segura, Paul Auster. Ya es el cuarto libro suyo que leo este año, y no leeré más de él hasta 2010, pues no quiero ser repetitivo en mis lecturas y en el blog.

El libro que nos ocupa ahora no es una obra maestra de la literatura, pero consigue cumplir su objetivo. El libro es cortito, se lee en una o dos sentadas, y durante un momento me ha hecho olvidar la Córdoba del siglo XVI en la que me tiene inmerso Ildefonso Falcones.

Con lo bien que caracteriza Auster a sus personajes, es fácil encariñarse desde un principio con Mr. Bones, un personaje por el que he sentido lo mismo que en su día sentí por Firmín; ternura, comprensión, cariño, bondad... Y es que este perro, capaz de todo menos de hablar, es más humano que mucha de la gente con la que se cruza a diario.

La vida de Mr. Bones en Baltimore se tiñe de soledad, y a partir de ese momento, el protagonista de esta historia se las tendrá que arreglar sólo para salir adelante (graciosa la escena de la caza del pájaros en una fuente). Cómo ya he dicho, el perro tiene un poder de raciocinio superior a muchos humanos, y su re-adaptación a ese mundo será complicada. Ni viviendo detrás de un restaurante chino de modo furtivo, ni con una familia ejemplar, será Mr. Bones feliz. El pequeño "chucho" sólo lo será cuando llegue a Tombuctú, un mundo imaginario en el que se reunen los muertos.

Y es que está fábula no es más que una declaración de amistad y fidelidad entre dos personas, representados en un vagabundo y su perro. Un gran libro de Auster, sin llegar a ser de los mejores. Espero que, cuando me toque ir a Tombuctú, pueda tener una charla con este entrañable personaje.

Para el que le interese, la directora de cine Diane English llevará en un futuro esta novela al cine. Será interesante ver como es la adaptación.

LO MEJOR:
  • El significado de la obra
  • La genial portada. "Perro semihundido", de Francisco de Goya
  • Un gran final, que ayuda a subir puntos a la valoración
LO PEOR:

  • Ciertos pasajes, en mitad de la historia, paran un poco la velocidad de la narración, como ya pasó en "El libro de las ilusiones"
VALORACIÓN: 8/10

11 comentarios:

Isi dijo...

Me gustó mucho este librito, lo leí hace un año nada más. Mr Bones es todo un personaje, pero Willy también es la monda.

Lo que más me gustó fue el "momento" en el que el perro sabe qué le ha sucedido al dueño, después de verlo todo en sueños.

Y el final me dio una pena tremenda!!

Pilu dijo...

Lo tengo en cola desde hace tiempo, esperando que caiga en mis manos.

Carmina dijo...

Auster es uno de mis autores pendientes pero la verdad es que con tanto libro por leer, no veo el momento de cogerlo, de momento me pasa como a ti, estoy inmersa en una novela muy larga y no tengo tiempo para nada más tendre que mirar de intercalar un balon de oxigeno, aunque a mi la novela con la que estoy me esta resultando más que satisfactoria

Beatriz dijo...

A mi me gustó y me hizo pensar

Ismael Cruceta dijo...

Me lo apunto, es la primera novela de Auster que después de una reseña me dan ganas de leer de verdad.
Ay Falcones!! qué perezón!! jejeje!!!

Un saludo!!

Eva dijo...

Yo no he leído nada de este autor pero quizás ya va siendo hora de que lo haga. Cuando termines la "interminable" mano de Fátima cuentámelo en mi blog. Hay mucha disparidad de opiniones.
Un abrazo.

Gonzalo Muro dijo...

Me gustó cómo consigue que te parezca normal que un perro sea el protagonista de una novela, no de una fábula.

Saludos.

César dijo...

Gracias a todos por los comentarios!

Isi: A mi el final no me ha dado tanta pena. Es emotivo, pero muy bonito!! No digo más, que va a parecer un spoiler, xD

Pilu: Tarda lo menos posible en leertelo!!! además, si ya has leído alguna vez a Auster, seguro que te gusta.

Carmina: Yo nunca había intercalado lecturas, pero lo vengo haciendo desde hace poco y es bastante satisfactorio. Aunque siempre lo hago cuando encuentro una lectura tediosa. Si el libro que me estoy leyendo me gusta, no lo intercalo, por mucho que tenga más páginas que la Biblia!

Beatriz: ¿que te hizo pensar? espero que sea algo bueno, jeje.

Ismael: Me alegra que la reseña te anime a leerlo. Quizá sea porque todo lo que tenga que ver con un perro es capaz de ablandar cualquier corazón. En cuanto a lo Ildefonso Falcones....pues si, muuuucho perezón!

Eva: Cierto es que Auster no toca la novela histórica, pero seguro que si lees alguno de sus libros terminas enganchándote. Tengo apuntado el comentar en tu blog cuando termine a Falcones, no se me olvida!! Veremos como termina la cosa

Gww: tienes razón en lo que dices. Es parte de la magia que tiene Auster

Isi dijo...

Yo tengo en la estantería tambien La mano de Fátima y no me decido a empezarlo. A ver qué reseñáis!

Miguel Baquero dijo...

Muy mala cosa es cuando un libro comienza a parecerte interminable...

César dijo...

Y tanto Miguel. Pero el sufrimiento por fín terminó, aunque bueno, más que sufrimiento, ha sido molestia, que tampoco hay que desmerecer tanto, jaja

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